Este 12 de junio de 2025 se cumplen 90 años del cese de hostilidades que marcó el fin de la Guerra del Chaco, considerada el mayor conflicto bélico de Sudamérica del siglo XX. El acuerdo suscrito entre Paraguay y Bolivia puso fin a una contienda que se extendió desde 1932 y dejó cerca de 60.000 muertos en el bando boliviano y 2.000 prisioneros paraguayos, al tiempo que redefinió 150.000 km² de territorio chaqueño a favor de Paraguay. La Nación
Según un análisis de Última Hora, el triunfo paraguayo se apoyó en nueve factores clave: la causa común tras la devastación de la Guerra de la Triple Alianza; el uso estratégico del guaraní como lengua de inteligencia; el abastecimiento constante de agua, alimentos y municiones; la armamentización previa y el diseño de cañoneros; la cohesión entre el mando militar de José Félix Estigarribia y la continuidad política de Eusebio Ayala; y la táctica de cercos que diezmó a las tropas bolivianas.
El liderazgo del mariscal Estigarribia, formado en academias europeas, combinó con la valentía de figuras como el teniente Manuel Irala Fernández y Rafael Franco, mientras que el capitán José Bozzano aportó cañoneros decisivos en la línea fluvial. La alianza con Argentina y Estados Unidos facilitó el suministro de armamento y apoyo logístico, consolidando a Paraguay como un tapón geopolítico entre potencias regionales.
El legado de la Paz del Chaco trasciende lo militar: impulsó la revalorización del guaraní, dio impulso a la colonización y desarrollo ganadero del Chaco, y generó un florecimiento cultural en música, poesía y medicina de campaña, con aportes de la Cruz Roja Paraguaya y profesionales como María Victoria Candia y Esteban Laureano Maradona. Noventa años después, este aniversario invita a reflexionar sobre la recuperación moral y el rumbo político y económico que definieron el Paraguay moderno.