La reciente aparición de una isla a unos 30 kilómetros al suroeste de Mali Zhemchuzhni en el Mar Caspio pone de manifiesto un descenso de hasta 3 metros en el nivel del lago salado más grande del mundo, según informa ABC. Fotografías satelitales captadas en noviembre y una expedición rusa que utilizó drones corroboraron su existencia y distribución.
Vladímir Shevchenko, director del Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias de Rusia, explicó que este fenómeno es “en gran medida natural, relacionado con el cambio climático a nivel global y regional, que ha incrementado drásticamente la evaporación”, descartando vínculos directos con la escorrentía del río Volga. A diferencia del Mar de Aral, cuya casi total desaparición obedeció a acciones humanas, el Caspio registra desde la caída de la Unión Soviética la exposición de más de 22.000 km² de lecho marino, principalmente en el litoral kazajo.
Los expertos prevén que la nueva isla se expanda en los próximos años y se convierta en un hábitat para focas y aves marinas. Sin embargo, las condiciones meteorológicas y la baja profundidad dificultaron el desembarco en la primera visita, por lo que los investigadores planean regresar en la segunda mitad de este año.
En el plano geopolítico, Rusia, Kazajistán, Azerbaiyán, Irán y Turkmenistán suscribieron en 2018 la Convención sobre el estatus jurídico del Mar Caspio, que establece límites de aguas territoriales y zonas de pesca. No obstante, Irán mantiene que la delimitación aún debe ser negociada, consciente además de las ricas reservas de hasta 30.000 millones de barriles de petróleo y cinco billones de metros cúbicos de gas bajo sus aguas.