Investigadores de la Universidad de Cambridge y el College de Londres (UCL) han desarrollado una piel robótica flexible y conductora capaz de detectar distintos tipos de tacto en un solo material, acercando con ello la sensibilidad de los robots a la humana. El avance, publicado el 12 de junio de 2025 en la revista Science Robotics, abre camino a aplicaciones en robots humanoides, prótesis y operaciones de rescate, según reporta ABC.
Para su fabricación, el equipo fundió un hidrogel a base de gelatina que combina elasticidad y conductividad, configurando electrodos en diversas disposiciones para optimizar la captura de señales de presión, temperatura y daño mecánico. A diferencia de las soluciones tradicionales, esta piel electrónica funciona como un único sensor multimodal, con más de 860.000 vías sensoriales que reconocen toques suaves, golpes, superficies calientes o frías e incluso cortes menores.
Tras someter la piel a pruebas con pistola de calor, presión manual, manipulación por brazo robótico y cortes con bisturí, los datos recopilados sirvieron para entrenar un modelo de aprendizaje automático. Así, el sistema aprende a interpretar cada tipo de estímulo, explican David Hardman de Cambridge y Thomas George Thuruthel de la UCL, quienes destacan la facilidad de fabricación y calibración del material frente a sensores convencionales.
Los investigadores apuntan a que esta tecnología de bajo coste y alta versatilidad beneficie sectores tan variados como la robótica de servicio, las prótesis biocompatibles y los equipos de intervención en desastres, donde el tacto preciso es clave para la seguridad y eficiencia de las tareas.