El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) confirmó la muerte de su comandante en jefe, Hossein Salami, tras un ataque israelí ejecutado el 13 de junio. Salami, considerado uno de los líderes militares más influyentes de Irán, estaba designado como terrorista por varios gobiernos La Nación.
Según fuentes oficiales de Israel, la operación buscaba neutralizar amenazas transfronterizas atribuidas a unidades de la Guardía Revolucionaria. Este golpe estratégico marca un nuevo escalón en la escalada de tensión entre Jerusalén y Teherán, y podría desencadenar respuestas diplomáticas y militares de gran alcance en la región.