El pasado 17 de junio, cuatro orangutanes del Zoo de Fráncfort protagonizaron una fuga que mantuvo en vilo al personal y a los visitantes durante casi una hora. Según abc, los primates lograron zafarse de sus recintos alrededor de las 10:30 a. m. y fueron vistos deambulando por senderos, terrazas y áreas verdes adyacentes.
El equipo de seguridad del zoológico activó de inmediato el protocolo de emergencia: cerraron secciones al público, reforzaron barreras adicionales y llamaron a especialistas en manejo de fauna para proceder con tranquilizantes. Tras varios intentos fallidos, los veterinarios consiguieron sedar y recapturar a los orangutanes alrededor de las 11:30 a. m., sin que se registraran heridos.
Este episodio ha encendido nuevamente el debate sobre la seguridad animal y la necesidad de revisar las instalaciones, especialmente en regiones con altas temperaturas que pueden debilitar candados o sistemas eléctricos de protección. Las autoridades del zoo anunciaron una revisión exhaustiva de los recintos y la implementación de nuevas medidas de contención para evitar futuros incidentes.
El Zoo de Fráncfort, uno de los más antiguos de Alemania, alberga más de 4.500 animales y es considerado un referente en la cría y conservación de grandes simios en Europa. Sin embargo, este suceso demuestra los retos constantes en la gestión de especies que requieren espacios amplios y seguridad reforzada.