El barrio San Miguel, en la ciudad de Capiatá, se encuentra prácticamente aislado por el deterioro avanzado de sus calles, que presentan enormes baches y erosión tras las recientes lluvias. Los vecinos denuncian que ni los vehículos de transporte público ni de emergencia pueden circular con normalidad, lo que agrava la sensación de abandono.
Según ABC, las familias deben caminar varios metros por canales de tierra y pozas de agua estancada para llegar a la avenida principal, situación que eleva el riesgo de accidentes y enfermedades transmisibles.
“Llevamos meses solicitando a la Municipalidad que despliegue maquinaria para nivelar y pavimentar, pero hasta ahora sólo recibimos promesas”, afirma uno de los residentes. Además, alertan que los niños no pueden acceder a las escuelas cercanas y los pequeños comercios sufren pérdidas diarias.
Autoridades locales reconocieron el problema y anunciaron un plan de bacheo provisional mientras licitan un proyecto de repavimentación definitiva. Sin embargo, los vecinos demandan plazos claros y presupuesto asignado para evitar más demoras.
