El 509.º Escuadrón de Municiones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha añadido recientemente al arsenal bélico la bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, un artefacto de 13 toneladas capaz de destruir bunkers y refugios subterráneos a gran profundidad. Según datos del propio escuadrón, esta munición responde a la necesidad de neutralizar instalaciones estratégicas en zonas de alta tensión, sobre todo en el contexto del conflicto entre Israel e Irán.
Las autoridades militares estadounidenses destacan que la GBU-57 puede penetrar hasta 60 metros de hormigón reforzado, lo que le confiere un rol disuasivo clave frente a posibles ataques o movimientos hostiles por parte de milicias respaldadas por Teherán. Su despliegue refuerza la cooperación defensiva con Israel, cuyo ejército ha recibido garantías de apoyo en caso de escalada beligerante en la región.
Analistas internacionales señalan que la introducción de esta tecnología podría modificar la ecuación estratégica del conflicto, al elevar el umbral de daño que pueden sufrir las infraestructuras subterráneas iraníes y de sus aliados. Sin embargo, alertan sobre la posible intensificación de la carrera armamentista en Oriente Medio, donde la percepción de vulnerabilidad podría impulsar nuevas desarrollos militares.
Este anuncio se produce en un momento de máxima tensión diplomática, con sanciones económicas vigentes y maniobras militares de ambos bandos en el Golfo Pérsico. La incorporación de la GBU-57 refleja la apuesta de Washington por mantener su liderazgo estratégico en la región y garantizar la seguridad de sus aliados ante la amenaza que representa el programa nuclear iraní.
Fuente: La Nación
