Cada 24 de junio, la tradicional celebración de San Juan reúne en Paraguay a familias y grupos de amigos en torno a rituales milenarios destinados a adivinar el futuro. Según ABC, estas son las pruebas más populares:
- El test del agua: Se deja caer un cubito de hielo en un vaso. Si el sonido resulta claro, presagia un año de prosperidad; si burbujea, indica posibles contratiempos.
- El espejo: Colocado frente a la ventana, quien logre ver su reflejo sin distorsiones obtendrá buenas noticias en el ámbito sentimental.
- La ramita de romero: Se arroja al fuego. Una llama vivaz sugiere salud y energía, en tanto que el humo denso alerta sobre cuidados médicos.
- La semilla de cilantro: Si germina rápido y vigoroso al día siguiente, se interpreta como señal de éxito económico.
Estas prácticas, arraigadas en el folclore local, se combinan con fogatas, fuegos artificiales y encuentros comunitarios. Además de buscar respuestas al futuro, la jornada refuerza la identidad cultural y la convivencia intergeneracional en barrios y plazas de Asunción y del interior del país.
Para los expertos en tradición popular, estas pruebas funcionan tanto como rituales de esperanza colectiva como detonantes de historias familiares que se transmiten de padres a hijos. En un Paraguay que abraza la modernidad, la noche de San Juan sigue siendo un puente entre lo ancestral y lo contemporáneo.