El misterioso hongo mortal vinculado históricamente a la maldición de Tutankamón ha despertado el interés de científicos por su sorprendente potencial terapéutico. Originaria de la tumba del faraón, la cepa microbiana presenta compuestos capaces de inhibir el crecimiento de células tumorales en cultivos de laboratorio, según un estudio reciente. ABC.
El proyecto, liderado por un equipo multidisciplinario de microbiólogos y oncólogos, analizó las propiedades biológicas del hongo, históricamente considerado peligroso por su alta toxicidad. Los investigadores destacan la necesidad de modificar químicamente los compuestos fúngicos para garantizar su seguridad en posibles tratamientos. Los próximos pasos incluyen ensayos preclínicos en modelos animales y la optimización de dosis, con la esperanza de desarrollar un fármaco innovador contra diversos tipos de cáncer.
Este descubrimiento no solo revaloriza los restos arqueológicos de Egipto, sino que también abre un nuevo capítulo en la bioprospección de extremófilos y microorganismos antiguos. De confirmarse su eficacia y seguridad, la llamada maldición de Tutankamón podría transformarse en una de las mayores victorias médicas del siglo XXI.