Las restricciones de movilidad y el aumento de tiempo en casa, derivadas de las medidas contra la COVID-19, han generado un cambio notable en el comportamiento de las mascotas. Muchos dueños han reportado ansiedad, agresividad o apatía en perros y gatos, según un análisis de especialistas en bienestar animal.
Expertos veterinarios señalan que la falta de rutina y estímulos físicos agrava el estrés. “Los paseos limitados y la ausencia de interacción social predisponen a la aparición de conductas destructivas o de sobresalto fácil”, explica el Dr. José Martínez, etólogo canino.
Para contrarrestar estos efectos, se recomienda:
- Establecer horarios de juego y paseo diarios, adaptados a las normativas locales.
- Incorporar juguetes de inteligencia o rompecabezas que fomenten la resolución de problemas.
- Variar las rutas de salida para estimular el olfato y la exploración.
- Realizar sesiones cortas de entrenamiento con refuerzos positivos.
Además, el acompañamiento humano es clave: dedicar momentos de caricias y comunicación calmada fortalece el vínculo y reduce la ansiedad.
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