La calidad de las élites, entendida como su nivel de educación, experiencia y valores éticos, es clave para impulsar la creación de riqueza, ya que líderes bien formados y con visión estratégica pueden orientar proyectos de alto impacto económico, según ABC.
El análisis destaca que la preparación académica y la ética de trabajo no solo mejoran la eficiencia operativa de empresas e instituciones, sino que también fortalecen la confianza del público e inversionistas, elemento esencial para atraer capital y fomentar el desarrollo sostenible.
Mejorar la calidad de las élites, mediante programas de formación continua, transparencia y rendición de cuentas, resulta fundamental para consolidar un crecimiento económico sólido y equitativo en el largo plazo.