La psicóloga forense de la Unidad de Lucha Contra la Violencia Familiar señala que un estilo de crianza más permisivo favorece la aparición de conductas violentas en el entorno doméstico al dificultar la internalización de límites y el respeto mutuo. Además, el machismo arraigado en la sociedad refuerza patrones agresivos y aumenta la vulnerabilidad de las víctimas, según explica Última Hora.
Para contrarrestar esta tendencia, la experta recomienda la detección temprana de señales de maltrato, la educación emocional desde la infancia y el refuerzo de normas claras. También destaca la importancia de promover el diálogo afectivo y capacitar a profesionales para intervenir de manera efectiva en situaciones de riesgo.