El gobierno ruso ha movilizado a más de 20.000 rusos que habían recibido la ciudadanía en los últimos meses para incorporarlos a las filas desplegadas en el este de Ucrania, especialmente en la región del Donbás. Según reporta Última Hora, esta medida busca compensar las pérdidas de personal sufridas desde el inicio de la invasión y reforzar la capacidad operativa en el frente.
Expertos en defensa señalan que la incorporación masiva de efectivos naturalizados podría responder tanto a necesidades logísticas como a una estrategia política de demostrar un respaldo popular más amplio al conflicto. Las autoridades ucranianas, por su parte, alertan de que la nueva oleada de combatientes podría alargar los enfrentamientos y complicar las conversaciones de paz.