El reciente supuesto hallazgo de oro en Caapucú ha avivado el interés por verificar la autenticidad de las joyas que guardamos en casa. Antes de recurrir a un especialista, existen varias pruebas caseras que permiten una primera aproximación al grado de pureza y genuinidad de tus piezas. ABC
Comprender la pureza del oro
El valor del oro se mide en quilates: el 24K corresponde al 100 % de oro puro, muy valioso pero frágil para uso diario. Las aleaciones de 18K (75 %) y 14K (58,3 %) combinan resistencia y brillo, siendo las más comunes en joyería. ABC
4 métodos caseros para verificar el oro
- Comprobación de sellos: Busca inscripciones como “24K”, “18K” o el nombre del fabricante grabado en la pieza. Estos sellos indican el porcentaje de oro según estándares internacionales.
- Prueba del imán: El oro no es magnético. Si la joya se adhiere a un imán, es señal de que contiene otros metales ferrosos.
- Prueba de densidad: Pesa la pieza y entonces sumérgela en un vaso con agua. Un objeto de oro macizo debería hundirse rápidamente debido a su alta densidad (19,3 g/cm³).
- Prueba del limón: Aplica una gota de jugo de limón en una zona oculta. Si no se produce reacción ni cambio de color, es probable que sea oro auténtico; los metales de menor calidad reaccionan ante el ácido.
¿Por qué acudir a un experto?
Si bien estos métodos ofrecen una evaluación inicial, la única forma de confirmar con certeza la autenticidad y la pureza exacta de una joya es mediante un análisis profesional. Un joyero cualificado dispone de equipos especializados, como espectrómetros y pruebas químicas precisas, que garantizan resultados concluyentes.
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