La serie estadounidense ‘House’ se convirtió en un fenómeno televisivo al presentar al brillante pero polémico Dr. Gregory House, interpretado por Hugh Laurie, en la búsqueda de diagnósticos imposibles. Sin embargo, un reciente estudio de expertos médicos revela múltiples fallas científicas y éticas a lo largo de sus 176 episodios emitidos entre 2004 y 2012.
Entre los errores detectados destacan el uso inadecuado de procedimientos invasivos sin justificación clínica suficiente, diagnósticos con base en síntomas poco consistentes y la vulneración de normas de confidencialidad del paciente. Asimismo, el tratamiento de enfermedades autoinmunes y raras, como el lupus y ciertos síndromes neurológicos, se dramatiza en exceso, omitiendo protocolos estándar de la práctica hospitalaria actual.
Según el análisis publicado por La Nación, la imprudencia de House al rechazar consultas interdisciplinarias y su estilo de comunicación agresivo, aunque útil para el relato dramático, contraviene los principios de trabajo en equipo y atención centrada en el paciente. Estos hallazgos invitan a la reflexión sobre el equilibrio entre entretenimiento y rigor científico en las producciones de ficción médica.
Más allá del atractivo de la figura de House y su diagnóstico de ‘dolor crónico inespecífico’, la revisión académica subraya la importancia de promover contenidos televisivos que, si bien mantengan al espectador al borde del asiento, respeten el acervo de conocimientos y buenas prácticas de la medicina contemporánea.
