La terapia sexual se presenta como una herramienta eficaz para tratar disfunciones sexuales (como la eyaculación precoz o la falta de deseo) y conflictos de pareja que afectan la intimidad. Según especialistas, conviene buscar ayuda profesional cuando los problemas persisten más de tres meses, generan malestar emocional o deterioran la relación de pareja, y no se resuelven con comunicación abierta y cambios de rutina ABC.
Durante las sesiones, el terapeuta realiza una evaluación inicial para identificar los factores biológicos, psicológicos y relacionales implicados. A partir de allí, se diseñan intervenciones que incluyen entrevistas en profundidad, ejercicios de sensate focus, entrenamiento de la respuesta sexual y pautas psicoeducativas. El enfoque integral busca no solo aliviar los síntomas, sino también fomentar la comunicación y el autoconocimiento de la pareja ABC.