En un reciente editorial, La Nación advierte que el maniqueísmo cromático representa “un atentado contra la verdad” al reducir debates complejos a una polaridad de colores. El texto cuestiona la tendencia de etiquetar ideologías, movimientos políticos y posturas sociales con tonos opuestos, ya sea para ganar espacios en medios o movilizar a base de simples símbolos.
Según el análisis, esta práctica fomenta la confrontación y la simplificación excesiva de la realidad, erosionando la confianza en instituciones y medios de comunicación. Además, el editorial destaca que el maniqueísmo cromático trasciende el ámbito político y se extiende a la cultura, la educación e incluso al mercado, donde vender un color como “bueno” u “opresor” elimina la posibilidad de matices y de un diálogo informado.
Para contrarrestar este fenómeno, La Nación subraya la importancia de promover un discurso plural y basado en evidencias, donde se reconozca la complejidad de los temas y se evite encasillar posiciones. Solo así, concluye el artículo, será posible reconstruir un debate público más sólido, inclusivo y respetuoso de la verdad.
