El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, anunció el 2 de junio en Londres que el Reino Unido no enviará tropas a Europa pese a la creciente presión de Rusia en el este del continente. Durante un acto público, Starmer defendió la capacidad disuasoria de la OTAN y descartó la necesidad de un despliegue permanente de soldados británicos.
“Nuestra defensa colectiva se mantendrá firme mediante ejercicios conjuntos, inteligencia compartida y sistemas de alerta temprana. No necesitamos fuerzas terrestres en Europa para garantizar la seguridad de nuestros aliados frente a Moscú”, afirmó el político.
Esta declaración llega en medio de informes sobre el reforzamiento de tropas rusas en la frontera con Ucrania, lo que ha despertado inquietudes entre los Estados miembros de la OTAN. Con su postura, Starmer pretende transmitir certidumbre tanto a la opinión pública británica como a los gobiernos europeos.
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