En un discurso con motivo de su sexto aniversario en el poder, el 2 de junio de 2025 en San Salvador, el presidente Nayib Bukele justificó las detenciones de activistas de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. “Dicen que encarcelamos defensores de derechos humanos, disidentes, opositores al régimen… ¿cómo podemos combatir la corrupción si toda la oposición tiene impunidad garantizada?”, afirmó el mandatario, en declaraciones reseñadas por ABC.
El 18 de mayo fue arrestada Ruth López, abogada de una ONG que investigaba casos de corrupción en el gobierno y prestaba asistencia a familias de deportados venezolanos. Ese mismo mes, dos activistas que acompañaban una protesta de campesinos también fueron detenidos, y en febrero fue apresado Fidel Zavala, dirigente de la Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios (UNIDEHC), acusado de vínculos con pandillas.
La Fiscalía General imputó a López por presunto peculado durante su paso por el Tribunal Electoral, pero organismos internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han calificado estas acciones como un mecanismo de represión política. Bukele, además, defendió la Ley de Agentes Extranjeros —inspirada en normativas de Rusia y Nicaragua— que obliga a las ONG a registrarse y gravar con un 30% sus fondos extranjeros.
“¿Saben qué? Me tienen sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”, sostuvo el presidente al referirse a su política de mano dura contra las pandillas, que según sus datos redujo la violencia criminal a niveles históricos en El Salvador.