En la costa de Groenlandia, una avalancha de roca y hielo desencadenó un tsunami de 200 metros de altura a principios de junio de 2025. El suceso fue captado por sensores remotos y cámaras instaladas en la región, que confirmaron la magnitud sin precedentes de la ola, según reportes de ABC.
Expertos en dinámica de glaciares explican que la inestabilidad del permafrost y el deshielo acelerado por el cambio climático habrían debilitado la estructura de los acantilados costeros. Al colapsar, millones de toneladas de rocas y hielo se precipitaron al mar, generando una ola de proporciones devastadoras y alterando los ecosistemas marinos de la zona.
Este fenómeno pone de manifiesto el impacto del calentamiento global en las regiones árticas, donde episodios similares podrían aumentar en frecuencia e intensidad. Las autoridades locales y organismos internacionales analizan ahora posibles medidas de mitigación y sistemas de alerta temprana para proteger a las comunidades cercanas.
El estudio de este evento será clave para comprender mejor la interacción entre deshielo y estabilidad geológica en áreas remotas, y para prever futuras catástrofes de este tipo.