La inteligencia artificial generativa ha supuesto un avance sin precedentes en la creación de contenidos digitales: textos, imágenes y videos producidos en segundos con solo unos comandos. Sin embargo, su uso masivo y desregulado está generando una avalancha de materiales de baja calidad que satura los medios y las redes sociales.
Según un informe de ABC, hay tres factores que explican este fenómeno:
- Acceso libre y sencillo: Cualquier usuario con conexión puede generar volúmenes masivos de contenido sin experiencia técnica.
- Falta de controles de calidad: Muchas publicaciones automatizadas se difunden sin revisión humana, provocando información redundante o incorrecta.
- Incentivos por cantidad: Plataformas y sitios web priorizan el volumen de publicaciones para mejorar el posicionamiento en buscadores, sin importar la relevancia.
El resultado es una infodemia que complica la tarea de encontrar fuentes confiables, debilita el valor del contenido original y sobrecarga los algoritmos de los motores de búsqueda, empeorando la experiencia del usuario.
Para combatir esta “basura digital”, especialistas proponen:
- Implementar mejores filtros y algoritmos que evalúen la calidad antes de indexar.
- Desarrollar normativas éticas sobre el uso de contenido generado por IA.
- Fomentar la alfabetización digital y el pensamiento crítico entre los usuarios.
- Señalar claramente qué material ha sido creado por máquinas y cuál por humanos.
Solo así la IA generativa podrá desplegar todo su potencial creativo sin comprometer la integridad informativa de la web.
