El 11 de junio de 1955, el Circuito de la Sarthe fue escenario de la peor catástrofe en la historia del automovilismo: un accidente del prototipo Mercedes-Benz pilotado por Pierre Levegh provocó la muerte de 82 personas y dejó más de 120 heridos durante la prueba de las 24 Horas de Le Mans. Hoy, 70 años después, autoridades locales, familiares de las víctimas y representantes de la industria automotriz se reunieron para descubrir una placa conmemorativa en recuerdo de los fallecidos.
La ceremonia se llevó a cabo en las inmediaciones de la famosa curva de Mulsanne, punto clave donde ocurrió el siniestro. La placa, colocada por la organización de la carrera y la municipalidad de Le Mans, busca mantener viva la memoria de este trágico suceso y reforzar los estándares de seguridad en las competiciones de resistencia automovilística.
Según reporta La Nación, el homenaje contó con la presencia de ex pilotos, historiadores del deporte motor y directivos de la Fédération Internationale de l’Automobile (FIA), quienes destacaron la evolución de las normas de seguridad desde 1955. El accidente marcó un antes y un después en los protocolos de protección tanto para competidores como para el público.
A siete décadas de aquel desastre, la memoria de las víctimas sigue siendo un recordatorio de la importancia de la innovación en seguridad vial y en las competiciones de alto riesgo.