En el corazón del Chaco paraguayo, los chaqueños de Alto Paraguay demuestran un arraigo inquebrantable a pesar de vivir en condiciones extremas. Con más de 80 días aislados por el mal estado de caminos durante la época de lluvias y graves carencias de agua en periodos de sequía, estas comunidades enfrentan un panorama de vulnerabilidad social.
La falta de acceso oportuno a la salud agrava la situación: los hospitales locales no cuentan con la complejidad necesaria para atender emergencias, lo que obliga a evacuar pacientes en largos viajes por tierra, agua o aire hacia otras regiones del país. Además, los cortes frecuentes de energía eléctrica por deficiencias en el servicio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) han causado la pérdida de electrodomésticos esenciales para cientos de familias.
La economía de Alto Paraguay carece de industrias que generen empleo estable. La ganadería es la actividad predominante, seguida del pequeño comercio, el empleo público y la pesca en comunidades indígenas. Este escenario limita las oportunidades de desarrollo y perpetúa los índices de pobreza.
Pese a todo, el chaqueño se resiste a emigrar, impulsado por un fuerte sentido de pertenencia y amor a sus raíces. Para aliviar el aislamiento y mejorar la calidad de vida, las voces locales reclaman al Estado la urgente construcción del asfaltado que conecte Fuerte Olimpo con el resto del país.
Fuente: ABC