El pasado 26 de mayo, durante el desfile en honor al título de la Premier League en el centro de Liverpool, un vehículo irrumpió en la multitud que festejaba la victoria del equipo local. El incidente, que tuvo lugar en Water Street —cerrada al tráfico por la celebración—, dejó un total de 79 personas heridas, con edades comprendidas entre los 9 y los 78 años, según confirmó la Policía de Merseyside.
La víctima más joven es un niño de nueve años, quien presenta heridas de diversa consideración y permanece en observación en un centro hospitalario en condición estable. Otras siete personas siguen ingresadas bajo supervisión médica. Las primeras pesquisas apuntan a que el conductor, un hombre británico de 53 años natural de West Derby, pudo seguir a una ambulancia que atendía un infarto previo entre los aficionados, aprovechando el paso temporal que se le había abierto al vehículo de emergencia.
El sospechoso fue arrestado en el lugar por cargos de intento de asesinato, conducción peligrosa y bajo los efectos de las drogas. La Policía de Merseyside ha descartado, desde el inicio, cualquier motivación terrorista y centra su investigación en el análisis de las cámaras de seguridad para reconstruir los movimientos previos al atropello. La detención contó con el apoyo de varias unidades forenses y de tráfico, y el interrogatorio se extendió hasta la noche del jueves para esclarecer el móvil del suceso.
Este atropello múltiple, que ha conmocionado a la ciudad de Liverpool y al mundo del deporte, ha reabierto el debate sobre las medidas de seguridad en los eventos masivos y los protocolos de gestión del tráfico en desfiles deportivos, especialmente en celebraciones que congregan a miles de aficionados.
Fuente: Última Hora