Asunción, 18 de junio de 2025. Con un modelo inédito en Paraguay, César Giacometti combinó tradición familiar e innovación técnica para fundar Bodega Giacometti en Asunción e instalar viñedos en uno de los entornos más extremos del planeta: el Chaco paraguayo, en Pozo Hondo. El proyecto, iniciado en 2018 con la importación de uvas congeladas de Mendoza (Malbec, Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon), requirió una inversión cercana a US$ 1 millón para infraestructura, equipos e insumos, según relata Giacometti en entrevista con ABC.
De Mendoza al Chaco: técnica y logísitica
La importación de uvas congeladas desde Argentina permitió conservar intactas las propiedades organolépticas durante el transporte refrigerado y la vinificación en Paraguay. Con el respaldo de los enólogos Juan Catena y Germán García, Giacometti lanzó tres líneas de producto: Amore (tanques de acero inoxidable para resaltar aromas varietales), Sognatore (seis meses en barricas de roble francés y un año de estiba en botella) y Don Vittorio (14 meses en barrica nueva y dos años en botella), todas de alta gama.
Viñedos chaqueños: desafío climático y proyección
En Pozo Hondo, donde el clima seco y suelos arenosos recuerdan a otras regiones vitícolas de alto rendimiento, la bodega experimenta con Torrontés, Chardonnay y pequeñas parcelas de variedades tintas. Giacometti adelanta que a partir de 2025 habrá suficiente producción local para evaluar una comercialización más ambiciosa: “podríamos pasar del ensamblaje con uvas importadas a un producto 100 % chaqueño”, afirmó a ABC.
Mirada exportadora
Con una capacidad anual de 90.000 botellas en Asunción y un stock actual de 30.000 botellas listas para el mercado, Giacometti ya ha presentado sus vinos en ferias de Taiwán y Japón. Sin embargo, advierte que la trazabilidad —usar uvas de Argentina— complica el registro de exportación. Aun así, la receptividad en Okinawa y otros destinos impulsa su estrategia internacional.