La paloma ojiazul (Columbina cyanopis), considerada extinta hasta su redescubrimiento en 2015, es una de las aves más amenazadas del mundo con apenas 17 ejemplares en libertad. Tras el descenso a 11 individuos en la Reserva Rolinha-do-planalto, Brasil impulsó un programa de cría en cautiverio en el Parque das Aves de Foz de Iguazú, en la frontera con Paraguay.
Desde 2023 el Parque das Aves recibió seis huevos, incubados artificialmente, de los cuales nacieron seis polluelos – tres machos y tres hembras –, cifra que los especialistas celebran como un avance clave para la conservación, según ABC.
La directora técnica Paloma Bosso explica que el equipo estimula el apareamiento y proporciona material para nidos, mientras espera la formación de parejas reproductoras que permitan poner huevos fértiles. “Esperamos tener resultados en breve”, asegura.
Entre los retos figura recrear el bioma natural de la sabana brasileña y producir el sustrato nutritivo que las hembras regurgitan para alimentar a los polluelos. Además, los futuros candidatos a reintroducción deberán superar pruebas sanitarias y conductuales para garantizar su adaptación al medio.
Previamente, la ONG Save Brasil creó en 2016 una reserva de 593 hectáreas en Minas Gerais, pero tras el desplazamiento de la especie a zonas inaccesibles y la suspensión de visitas públicas, las esperanzas están puestas en el cautiverio controlado como última alternativa para evitar la extinción.