En junio de 2025, el cartismo inició la remoción de dos de sus colaboradores más cercanos: el intendente de Asunción Óscar “Nenecho” Rodríguez y el exdirector de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad) Óscar Boidanich. Según fuentes de ABC Color, ambas decisiones respondieron a la necesidad de proteger la reputación del expresidente Horacio Cartes y contener posibles daños electorales.
Rodríguez fue señalado por irregularidades en contrataciones y desvío de fondos públicos, factores que, aseguran analistas, habrían puesto en riesgo la proyección electoral del cartismo. Su salida se realizó a puerta cerrada, como parte de un “bien mayor” definido por la dirección política del movimiento.
En el caso de Boidanich, las denuncias apuntan a la supresión de nombres clave en informes de inteligencia financiera, entre ellos el propio Cartes y familiares, así como al ignorar alertas provenientes de Brasil. Durante su gestión al frente de Seprelad, habría falsificado fechas de documentos para encubrir operaciones sospechosas, presuntamente bajo directivas del exmandatario, indican reportes de ABC Color.
El precedente de Blásida, exempleada bancaria condenada por manejo de cuentas en Estados Unidos para remesas de dólares preferenciales, demuestra la estrategia de sacrificar a colaboradores de menor rango mientras los jefes quedan ajenos a las sanciones. A pesar de las múltiples acusaciones de lavado de dinero, contrabando y enriquecimiento ilícito contra Cartes, ninguna de ellas prosperó de manera definitiva.
La Fiscalía, bajo la conducción de Emiliano Rolón y los fiscales Jorge Arce, Francisco Cabrera, Fernando Meyer y Verónica Mayor, revisó ambos casos con años de diferencia, generando críticas sobre la lentitud y coordinación de los procesos judiciales. Expertos consultados consideran que estas remociones buscan, sobre todo, cerrar cicatrices antes de las próximas elecciones y preservar la arquitectura de poder del cartismo.