El cáncer de estómago es una enfermedad que avanza de manera silenciosa, haciendo imprescindible la identificación temprana de sus síntomas más frecuentes: malestar abdominal persistente, digestiones lentas, pérdida de apetito y pérdida de peso sin causa aparente. Estos signos suelen confundirse con problemas gástricos menores, por lo que ante su persistencia se recomienda la evaluación médica para descartar complicaciones mayores.
Entre los factores de riesgo se encuentran la infección por Helicobacter pylori, el consumo habitual de alimentos muy salados o ahumados, el tabaquismo y antecedentes familiares de cáncer gástrico. Para la prevención, los expertos aconsejan llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras frescas, moderar el consumo de carnes procesadas, evitar el tabaco y realizar controles periódicos cuando exista historial de enfermedades digestivas.
Adoptar estos hábitos no solo ayuda a minimizar la aparición del cáncer de estómago, sino que también favorece el bienestar general y la salud digestiva. Ante cualquier síntoma persistente, acudir al especialista es fundamental para un diagnóstico oportuno y un tratamiento eficaz, que aumente las probabilidades de recuperación.
Fuente: ABC
