Asunción, 31 de mayo de 2025 – El llamado Caso Prieto ha sacado a la luz la falta de coherencia entre los discursos de la oposición paraguaya y sus medios aliados. Según un análisis editorial de La Nación, mientras los sectores opositores critican con dureza las acciones del Ejecutivo, sus declaraciones carecen de consistencia y reflejan una estrategia más política que periodística.
El conflicto se originó tras las acusaciones del diputado Prieto hacia funcionarios del gobierno, a quienes señaló de posible corrupción en contrataciones estatales. Sin embargo, la oposición no presentó pruebas contundentes y sus medios afines replicaron fragmentos del discurso sin contrastar fuentes, lo que derivó en cuestionamientos internos sobre la veracidad de las denuncias.
Expertos en comunicación política advierten que este tipo de prácticas erosiona la confianza ciudadana. «Cuando un medio aliado reproduce mensajes sin un debido filtro, la línea entre la investigación y la propaganda se vuelve difusa», señala un analista consultado por La Nación. Por su parte, la oposición defiende su derecho a fiscalizar, pero aún no ha presentado documentos que respalden sus críticas.
El debate continúa en redes sociales y foros políticos, donde usuarios cuestionan si el bombardeo informativo de ciertos medios responde a un genuino interés ciudadano o busca erosionar la imagen del gobierno con argumentos débiles. Mientras tanto, el Caso Prieto se consolida como un termómetro de la relación entre poder, medios y credibilidad en la agenda pública paraguaya.