La rápida adopción de algoritmos de inteligencia artificial en redes sociales y aplicaciones de entretenimiento está elevando el riesgo de patrones adictivos y estrategias engañosas dirigidas a los usuarios. Según un informe de ABC, estas plataformas aprovechan la IA para generar recomendaciones hiperpersonalizadas, notificaciones constantes y bucles de recompensas variables que maximizan el tiempo de consumo.
Los expertos consultados señalan que, al analizar datos de navegación y comportamiento, los sistemas de IA pueden anticipar las respuestas emocionales de las personas y diseñar estímulos específicos que refuercen la dependencia. Este enfoque, además de impactar la salud mental de los usuarios, plantea riesgos de desinformación y manipulación masiva.
Ante este escenario, organizaciones civiles y especialistas en ética tecnológica reclaman la implementación de marcos regulatorios más estrictos. Entre las propuestas figuran la transparencia algorítmica, límites a la personalización excesiva y auditorías periódicas de los sistemas de IA. Estas medidas buscan garantizar un uso responsable de la inteligencia artificial y proteger los derechos digitales de la ciudadanía.