Desde su estreno en 1977, Star Wars no solo revolucionó el cine, sino que sembró ideas que hoy son proyectos reales en laboratorios y startups. Autómatas conversacionales basados en asistentes de voz recuerdan a C-3PO, mientras que robots exploradores remiten a R2-D2. abc destaca cómo estos personajes han motivado a generaciones de científicos e ingenieros a convertir la ficción en prototipos funcionales.
Por otro lado, las comunicaciones holográficas, como las proyectadas por Leia Organa al príncipe Leia, han impulsado la investigación en videollamadas tridimensionales y sistemas de realidad aumentada. También, la idea del sable de luz ha servido de inspiración para el desarrollo de láseres de alta potencia con aplicaciones médicas e industriales. Según abc, estas innovaciones demuestran cómo la cultura pop puede acelerar el progreso científico y tecnológico.