En las últimas dos décadas la contaminación lumínica ha reducido drásticamente la visibilidad de estrellas a simple vista desde zonas urbanas y suburbanas. Según un análisis de ABC Color, el aumento del brillo artificial provocado por la expansión de alumbrado público y privado está borrando el firmamento.
Qué es la contaminación lumínica
Se define como el exceso de iluminación artificial que altera la oscuridad natural del cielo y se manifiesta en:
- Brillo del cielo, el resplandor difuso que oculta estrellas.
- Deslumbramiento, luces intensas que impiden la visión nocturna.
- Invasión luminosa, iluminación en espacios no deseados.
- Desperdicio de luz, energía consumida sin propósito.
Consecuencias ambientales y en la salud
Este fenómeno no solo impacta a la astronomía, sino que:
- Desorienta a fauna nocturna, como aves migratorias e insectos.
- Interfiere con los ritmos circadianos, reduciendo la producción de melatonina y afectando el sueño.
- Aumenta el consumo energético, con emisiones y costos innecesarios.
Medidas y alternativas
Frente a este reto, diversas ciudades están adoptando:
- LEDs cálidos y sistemas de control con sensores de presencia.
- Regulaciones que limitan el exceso de iluminación.
- Campañas de concientización como “Noche Oscura” y eventos de astronomía comunitaria.
Recuperar la visibilidad del cielo estrellado es fundamental para la salud ambiental y humana, por lo que fomentar el uso responsable de la luz se ha convertido en una prioridad.