La tercera Cumbre de los Océanos de la ONU se inauguró el 9 de junio de 2025 en Niza, Francia, con la participación de 63 jefes de Estado y de Gobierno que debatieron sobre la preservación de los ecosistemas marinos y la regulación de la minería en aguas internacionales. El presidente francés, Emmanuel Macron, aprovechó el foro para criticar sin nombrarlo los planes de la Administración de Donald Trump y reclamar la defensa del multilateralismo y la ciencia.
“Lo digo aquí alto y claro: los abismos oceánicos no están a la venta, como tampoco lo está Groenlandia o la Antártida”, declaró Macron, aludiendo a los proyectos de explotación de minerales en el fondo marino impulsados desde Washington. En un tono irónico añadió que “antes de precipitarnos a Marte, es mejor conocer a nuestro mejor amigo, que es el océano”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que “las aguas internacionales no pueden convertirse en el Salvaje Oeste” y urgió a los países a ratificar el Acuerdo sobre la Diversidad Biológica Marina en Zonas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ), adoptado en 2023 para regular la investigación y explotación en alta mar.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que su país ratificará el BBNJ antes de fin de año y pidió impedir “la carrera depredadora de los minerales” en los océanos, señalando que estas aguas no deben ser escenario de disputas geopolíticas ni de sobreexplotación.
El gran ausente en Niza fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que envió en su lugar a Edward Russo, responsable de medio ambiente en la Casa Blanca, en un gesto interpretado como desinterés por la cita.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, respaldó las iniciativas y anunció una contribución de 40 millones de euros al programa Océano Global, insistiendo en acelerar la ratificación del BBNJ. Entre los asistentes destacó la presencia del presidente de Paraguay, Santiago Peña, así como de Pedro Sánchez, Javier Milei, Dina Boluarte y Luis Abinader, subrayando la dimensión global de la transición hacia una economía oceánica sostenible.
Fuente: Última Hora