Un equipo de paleontólogos ha revelado que el megalodón prehistórico, famoso por sus grandes mandíbulas y sus ataques a ballenas, contaba con una dieta mucho más variada de lo que se creía hasta ahora. Según el estudio publicado recientemente, el superdepredador también cazaba tiburones de menor tamaño, tortugas marinas e incluso mantarrayas, adaptándose a distintos escenarios oceánicos.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras realizar un detallado análisis isotópico de dientes fósiles hallados en sedimentos marinos datados en hace 3,6 a 2,6 millones de años. Los resultados muestran variaciones en la composición química que no coinciden con una alimentación exclusiva de cetáceos, lo que apunta a la inclusión de otras presas en el menú del megalodón. abc destaca que estos hallazgos obligan a replantear la dinámica de los antiguos ecosistemas marinos.
Este descubrimiento ofrece una nueva perspectiva sobre el comportamiento de este gigante marino y su capacidad de adaptación a diferentes presas y hábitats. Los expertos consideran que conocer la dieta completa del megalodón es clave para entender cómo interactuaban las especies en los océanos del Mioceno y el Plioceno, y cuál fue el impacto de su extinción en la cadena trófica.