La indecisión puede surgir por temor a «equivocarse», excesiva disponibilidad de opciones e incluso fluctuaciones en la autoestima o el estado de ánimo. Expertos señalan que este fenómeno afecta tanto a decisiones cotidianas como a decisiones de mayor impacto.
Para contrarrestarlo, se recomienda limitar el número de opciones, establecer plazos claros, elaborar listas de pros y contras y confiar en el propio criterio. También resulta útil practicar la toma de decisiones en asuntos de baja relevancia para ganar seguridad y asumir la posibilidad de cometer errores como parte del aprendizaje.
Estos consejos prácticos, basados en el análisis psicológico, ofrecen un camino accesible para quienes desean mejorar su capacidad de elección y reducir la ansiedad asociada al proceso.
Fuente: ABC