Paraguay, país tradicionalmente joven, experimenta un rápido envejecimiento de su población: el 8,6% de los habitantes tiene 65 años o más, frente al 3,7% de 1950, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El informe “La Economía Plateada en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay: de 2023 a 2043” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proyecta que para 2043 el segmento de 50 años o más representará el 27% de los paraguayos y contribuirá con US$ 24.000 millones al consumo privado. Además, se estima que el 40% de la canasta de salud estará en manos de los mayores de 50 años.
Comparativamente, países vecinos como Chile y Uruguay presentan poblaciones más envejecidas y economías silver más consolidadas, mientras Paraguay se encuentra en una fase de crecimiento moderado pero acelerado. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la CEPAL, el bono demográfico paraguayo alcanzará su punto máximo en 2030, tras lo cual declinará, y quedan pocos años para aprovechar la ventaja de una fuerza laboral joven.
El estudio del BID identifica múltiples nichos de mercado para la economía Silver en Paraguay: seguros de salud especializados, tecnologías de monitoreo y telemedicina; viviendas accesibles e inteligentes; turismo adaptado y actividades recreativas; servicios financieros digitales y asesoría para la jubilación; productos de nutrición y transporte adaptado. Según la Fundación Mapfre, el enfoque en la población mayor ha impulsado la rentabilidad en otros mercados como España, donde el 59% de las empresas ha adaptado su oferta a este segmento.
Expertos destacan que la clave para capitalizar este nicho está en la innovación y la colaboración público-privada: desarrollar políticas de envejecimiento activo, garantizar pensiones sostenibles y fomentar la alfabetización digital. De este modo, Paraguay no solo podrá generar nuevas fuentes de ingresos, sino también construir una sociedad inclusiva y dinámica que responda a los desafíos del envejecimiento poblacional.