Desde el 9 de junio de 2025, Estados Unidos implementó una prohibición de entrada para ciudadanos de una docena de naciones, en una medida destinada a reforzar la seguridad nacional y frenar los flujos migratorios que considera de alto riesgo. La norma afecta a pasajeros que intenten abordar vuelos con destino a aeropuertos estadounidenses, incluidos los de tránsito.
La disposición fue anunciada semanas atrás por el Department of Homeland Security y comenzó a regir oficialmente este lunes. Según las autoridades, los países alcanzados por la restricción son aquellos con antecedentes de inestabilidad política o vínculos con redes de terrorismo. La medida ha generado dudas entre las aerolíneas, que deben verificar con mayor detalle la documentación de los pasajeros.
En el Aeropuerto Internacional de Miami, uno de los principales puntos de llegada de vuelos internacionales, el flujo de viajeros provenientes de estas naciones se vio interrumpido durante el fin de semana del Día de los Caídos. Funcionarios locales y federales coordinaron patrullajes adicionales y reforzaron los controles de pasaportes para evitar vulneraciones del nuevo decreto.
Organizaciones de derechos humanos y agencias de viaje criticaron la prohibición, advirtiendo que podría causar demoras en vuelos de conexión y aumentar la carga administrativa de las aerolíneas. Mientras tanto, el Gobierno de Washington sostiene que la medida es un paso necesario para proteger a la ciudadanía y preservar la seguridad en tiempos de amenazas globales.
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