En las últimas semanas, miles de usuarios en Paraguay y el resto de América Latina se han sumado al reto de TikTok “Escucho, pero no despido”, donde empleados graban confesiones sobre su día a día en la oficina sin temor a represalias. La iniciativa, que mezcla humor y catarsis, ha acumulado millones de reproducciones y comentarios en la red social.
Según reporta La Nación, muchos jefes se enfrentan ahora al dilema de cómo reaccionar ante estas publicaciones: mientras algunos reconocen la crudeza de las confesiones y buscan mejorar el clima laboral, otros temen que la exposición pública dañe la imagen de la compañía.
Especialistas en recursos humanos advierten que, aunque el fenómeno puede funcionar como una válvula de escape y generar mayor empatía entre empleados y gerencia, también pone sobre la mesa problemas estructurales como la falta de canales formales para expresar quejas o proponer mejoras. El reto “Escucho, pero no despido” no solo refleja las tensiones cotidianas en el trabajo, sino que abre la puerta a un diálogo necesario sobre bienestar laboral en Paraguay.