Madrid, 4 de junio de 2025. Un estudio internacional publicado en la revista Global Change Biology revela que la distribución del oso pardo a escala continental en Europa y Turquía está determinada por la presencia de las especies que integran su dieta, según investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y un equipo de 87 expertos de 75 instituciones de 26 países. ABC
Los científicos analizaron más de tres millones de localizaciones de unos 3.000 ejemplares de las 14 subpoblaciones repartidas en ambientes que van desde la Cordillera Cantábrica hasta Escandinavia y Turquía. Identificaron 276 especies en la dieta del oso pardo, que varía desde una alimentación más vegetariana en zonas cálidas (España, Grecia, Turquía) hasta carnívora en regiones frías (Escandinavia, Finlandia).
“Observamos que el oso ocupa aquellos lugares donde más especies de las que forman parte de su dieta hay. Por ejemplo, en la Cordillera Cantábrica la presencia de robles y hayas aumenta la probabilidad de presencia de oso; en zonas más frías, su presencia se explica por ungulados como jabalíes o ciervos”, explica Vincenzo Penteriani, del MNCN. ABC
El estudio destaca la importancia de las interacciones ecológicas para predecir dónde vivirán las especies en el futuro y diseñar estrategias de conservación frente al cambio climático y la transformación del uso del suelo. Según Pablo M. Lucas, de la Universidad de Sevilla, “los cambios en las distribuciones de las presas pueden afectar la posición del oso en la cadena trófica y la viabilidad de la especie a escala local”. ABC
