La Tierra rota a una velocidad aproximada de 1.670 kilómetros por hora en el ecuador, movimiento que regula desde los vientos hasta la distribución de calor y la duración de los días y las noches. Si este giro se detuviera de forma súbita, todo lo que no estuviera anclado al lecho terrestre saldría despedido hacia el este, generando ráfagas de viento de miles de kilómetros por hora y olas gigantescas capaces de arrasar costas y ciudades enteras. abc
La ausencia de movimiento también implicaría que un hemisferio quedaría permanentemente expuesto al Sol, con temperaturas insoportables, mientras el opuesto caería en un frío extremo, congelando océanos y provocando el colapso de ecosistemas. A nivel geodinámico, la pérdida de rotación reduciría la fuerza centrífuga, alterando la forma achatada de la Tierra y modificando la gravedad local, con graves consecuencias para la atmósfera y el campo magnético. En conjunto, estos cambios convertirían el planeta en un entorno prácticamente inhabitable para las formas de vida actuales. abc
