En una zona rural de China, el agricultor Chen Tianming ha transformado su vivienda en un auténtico “castillo clavo” tras invertir 13.900 dólares en su remodelación. La construcción se alza en medio de un ambicioso proyecto turístico impulsado por autoridades locales, que buscaban incorporar esos terrenos a un complejo de atracciones.
El fenómeno de las “nail houses” o “casas clavo” —propiedades que se resisten a ser expropiadas— ha adquirido gran repercusión en China. En este caso, el insólito diseño medieval de piedra y ladrillo ha captado la atención de curiosos y medios de comunicación, al convertirse en una curiosidad arquitectónica que, paradójicamente, podría atraer visitantes al desarrollo turístico que intentaba derribarla.
Fuentes de La Nación Paraguay señalan que, pese a múltiples ofrecimientos económicos y a la presión del gobierno local, Chen Tianming se mantiene firme en retener su propiedad, defendiendo el valor sentimental y económico de su inversión. Este episodio ilustra el choque entre los planes de expansión turística y la voluntad de los propietarios, un debate recurrente en varias provincias chinas.