El 13 de junio de 2025, aviones de la Fuerza Aérea de Israel atacaron la principal planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, ubicada a 220 km al sureste de Teherán, causando daños severos en su complejo subterráneo que alberga centrifugadoras y sistemas eléctricos.
Según Última Hora, el operativo también se dirigió contra depósitos de misiles balísticos tierra-aire y altos mandos militares y científicos iraníes, desencadenando en represalia el lanzamiento de más de 100 drones por parte de Irán, todos interceptados por las defensas israelíes.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU informó que no se registró aumento de radiación tras los bombardeos. Sin embargo, medios iraníes confirman la muerte del general Mohamad Hosein Baqerí, jefe del Estado Mayor de Teherán; del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salamí; y del general Gholam Ali Rashid, así como de los científicos Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi. El asesor del líder supremo, Ali Shamkhani, resultó gravemente herido y se reportan víctimas civiles en zonas residenciales del norte de Teherán.
Por su parte, Irán advirtió que su respuesta “no tendrá límites” y desplegó equipos de rescate ante los daños en edificios de la capital, aumentando la tensión en una región al borde de un conflicto mayor, según La Nación.