El Ejército de Israel anunció este lunes que sus aviones bombardearon el cuartel general de la Guardia Revolucionaria Iraní en Teherán, marcando una nueva fase de la escalada iniciada el 13 de junio ante los avances del programa nuclear iraní. El portavoz militar Effie Defrin aseguró que la Fuerza Aérea «está profundizando los daños en el área de Teherán, con énfasis en el cuartel general de la Guardia Revolucionaria», informó ABC.
El ministro de Defensa, Israel Katz, confirmó que los bombardeos se dirigieron contra «objetivos del régimen y cuerpos de represión gubernamentales» con «una fuerza sin precedentes». Al mismo tiempo, el servicio de emergencias Magen David Adom (MDA) reportó dos misiles iraníes sobre zonas del centro y norte de Israel, activando las alarmas antiaéreas sin dejar víctimas, según ABC.
En Irán, el último balance oficial eleva a más de 400 el número de fallecidos, en su mayoría civiles y al menos 54 menores, mientras que en territorio israelí los ataques con misiles se saldan con 24 civiles muertos. Además, cerca de 8.000 hogares perdieron la electricidad tras el impacto en el sur del país, detalló el ministro de Energía, Eli Cohen, quien confirmó la rápida restauración del servicio tras el despliegue de equipos de emergencia.
Estados Unidos también se sumó a la ofensiva con bombardeos nocturnos sobre las instalaciones nucleares de Natanz, Fordó e Isfahán, con el objetivo de impedir la fabricación de una bomba atómica por parte de Teherán. Frente a esto, Irán advirtió ante la ONU que decidirá «el momento, la naturaleza y la escala de la respuesta proporcional» a los ataques estadounidenses, que podría tener «consecuencias duraderas».
La escalada de hostilidades ha encendido la preocupación de la comunidad internacional, mientras las partes buscan apoyo diplomático para evitar una guerra regional de mayores proporciones.
