El 13 de junio de 2025, Israel lanzó una serie de ataques aéreos contra Irán, alcanzando cerca de 100 objetivos, entre ellos instalaciones nucleares y centros de mando militar, en un intento por frenar el avance del programa nuclear iraní, según reportó Última Hora (AFP).
El origen del proyecto se remonta a finales de la década de 1950, con cooperación civil de Estados Unidos bajo el sha Mohammad Reza Pahlavi. Irán ratificó el Tratado de No Proliferación Nuclear en 1970 y, tras décadas de sospechas por sitios ocultos, suscribió en julio de 2015 el JCPOA con las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU. Ese acuerdo alivió sanciones a cambio de limitar el enriquecimiento, pero quedó en suspenso cuando EE.UU. se retiró unilateralmente en 2018.
Desde entonces, Teherán elevó gradualmente el grado de enriquecimiento hasta el 60% y acumuló reservas 45 veces superiores al límite pactado, según datos del Organismo Internacional de Energía Atómica. Las negociaciones para restablecer el acuerdo fracasaron en 2022 y, aunque el OIEA admitió “informaciones creíbles” sobre actividades militares previas a 2003, no dispone de indicios de un programa estructurado de fabricación de armas nucleares. Irán defiende su desarrollo con fines civiles y cita un decreto religioso del ayatolá Ali Jamenei que prohíbe la bomba atómica, pese a la escalada de retórica beligerante en Medio Oriente.
