El pasado viernes 30 de mayo se volvió a postergar el tercer encuentro previsto entre los Gobiernos de Paraguay y Brasil para renegociar el Anexo C del Tratado de Itaipú, que regula las tarifas de la energía compartida. La decisión de Asunción, que sufre las consecuencias de un precio fijo muy inferior al de mercado, contrasta con la actitud de Brasil, que impulsa la reanudación de las conversaciones abc.
Firmado en 1973, el Tratado de Itaipú ampara la explotación de la mayor represa hidroeléctrica del mundo y establece que ambos países comparten por igual la producción. El Anexo C —el capítulo clave sobre retribución y precio de la energía— es el principal punto de fricción, ya que Paraguay recibe un pago fijo muy por debajo del valor de mercado de la electricidad.
La suspensión de las tratativas ha generado preocupación en sectores empresariales y analistas internacionales, quienes advierten el posible impacto negativo en los ingresos fiscales y en la seguridad energética de Paraguay. Desde Brasil, en tanto, se mantiene la voluntad de diálogo, lo que deja abierta la posibilidad de un acuerdo de compromiso o, en su defecto, de un estancamiento prolongado.