En Bella Vista, departamento de Itapúa, la joven estudiante Julieta Hüther Aguilar, de 17 años, ha convertido dos parcelas de su finca familiar en un laboratorio de agricultura sostenible. Como parte de su formación en la Escuela Agrícola CEA, lanzó un cultivo 100% orgánico de zanahorias variedad Brasilia, con el objetivo de producir 500 kilos durante el año lectivo y demostrar el potencial del agro consciente en la región.
Para garantizar la calidad de su cosecha, Julieta emplea abono orgánico, rotación de cultivos y métodos naturales de control de plagas, evitando por completo el uso de químicos sintéticos. Aun cuando parte del terreno resultó afectado por herbicidas residuales, recurrió a técnicas de recuperación del suelo para devolverle su fertilidad y mantener la producción en pie.
Más allá de los beneficios económicos –el kilo de zanahoria se cotiza entre G. 3.000 y G. 7.000–, este proyecto promueve la conciencia ambiental y la innovación técnica entre los jóvenes del campo. “Aprendí que la paciencia y la constancia son tan importantes como el agua y el sol”, afirma Julieta, quien combina su pasión por la tierra con los conocimientos de su plan de estudios.
La iniciativa no solo posee un valor productivo y nutricional –las zanahorias aportan vitaminas A, C y K1–, sino también un fuerte componente simbólico: visibiliza el rol de la educación agropecuaria en la construcción de un futuro rural más justo y sostenible. Su éxito ya inspira a otros jóvenes agricultores de Itapúa.
Este proyecto fue destacado por Última Hora como ejemplo de innovación y compromiso, reafirmando que la producción orgánica puede ser una salida viable y responsable frente al éxodo rural.
Fuentes originales
https://www.ultimahora.com/mas-que-una-huerta-de-zanahorias-joven-cultiva-esperanza-en-itapua
