La resiliencia se define como la aptitud de las personas para sobreponerse a situaciones difíciles y transformarlas en oportunidades de aprendizaje. Según abc, este rasgo no solo permite la recuperación frente a la adversidad, sino que también fomenta el crecimiento personal y el bienestar emocional.
Desarrollar la resiliencia implica reforzar la autoestima, mantener una red de apoyo sólida y cultivar una actitud positiva ante los retos. Así, cada obstáculo se convierte en un impulso para afianzar nuestras capacidades y enfrentarnos con mayor seguridad a futuros contratiempos.