La madera negra africana o Dalbergia melanoxylon es una de las especies más codiciadas del planeta por su color oscuro, extraordinaria dureza y cualidades acústicas. Originaria de zonas específicas de Tanzania y Mozambique, su lento crecimiento (hasta 70 años para madurar) y la tala ilegal han convertido a este recurso en un bien escaso y altamente protegido.
Propiedades y usos
Su densidad supera 1,2 g/cm³, lo que hace que se hunda en el agua, y su superficie fino-granulada ofrece un acabado brillante. Estas características la han convertido en la favorita de fabricantes de clarinetes, oboes, guitarras y teclas de piano, reemplazando incluso al marfil en instrumentos de lujo.
Impacto ecológico y regulaciones
Debido a la presión de la demanda GLOBAL y a la deforestación ilegal, la especie está catalogada en la lista CITES, restringiendo su comercialización y exportación. Gobiernos y ONG impulsan proyectos de reforestación y certificación de origen ético para garantizar un comercio sostenible.
Iniciativas y alternativas
En respuesta a la crisis, algunos artesanos y empresas optan por maderas certificadas y materiales sintéticos que imitan sus propiedades acústicas, buscando reducir el impacto ambiental sin sacrificar calidad. Los esfuerzos de replantación han mostrado resultados positivos en áreas piloto, demostrando que la regeneración es posible con apoyo técnico y normativo.
Con su futuro en juego, la madera negra africana simboliza la tensión entre lujo, biodiversidad y sostenibilidad. Su conservación dependerá del equilibrio entre la regulación internacional y el compromiso de productores y consumidores.
Fuente: ABC
