En los bosques tropicales de Panamá, un grupo de monos ha sido observado secuestrando crías de distintas especies sin un fin alimenticio ni defensivo claro. Según reporta abc, este comportamiento parece responder más al “aburrimiento” que a necesidades de supervivencia. Los primatólogos señalan que la escasez de estímulos en su entorno podría estar impulsando estas conductas lúdicas agresivas.
Si bien el juego es una práctica común entre primates para fortalecer vínculos sociales y desarrollar habilidades motoras, el secuestro de crías de otras especies podría generar estrés y desequilibrio en las comunidades animales locales. Los expertos insisten en la importancia de profundizar los estudios etológicos para comprender mejor estas interacciones inter e intraespecíficas y plantear medidas de conservación adecuadas.
