El 4 de junio de 2025, una mujer fue sometida a 100 latigazos en un estadio de la provincia de Aceh, Indonesia, tras ser declarada culpable de adulterio bajo la estricta ley islámica local (sharia). La flagelación, realizada ante decenas de testigos, desató una ola de repudio internacional por considerarse una violación de los derechos humanos. ABC
Aceh es la única región de Indonesia que aplica castigos corporales inspirados en la sharia, amparada por su estatus de provincia especial. Sus autoridades defienden estas sanciones como un medio para preservar la moral pública y los valores religiosos. No obstante, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han demandado la abolición de la flagelación, calificándola de inhumana y degradante.
Expertos en derechos de la mujer advierten que estas medidas no solo infligen daño físico y psicológico, sino que amplían la brecha de género al someter mayoritariamente a las mujeres a castigos más severos. Mientras tanto, el gobierno central de Yakarta enfrenta presiones diplomáticas para intervenir y garantizar el respeto de las normativas internacionales sobre derechos humanos.
